Jose Antonio, maestro. ¿ En qué lucero,
Toda belleza fue tu vida clara.
Háblanos tu... De tu perfecta gloria
y, en la portada de su nueva historia,
Como un viento de sangre levantado
Como un bosque de luz y un arco alzado
Vista, al partir, más alta la bandera;
Fértil hiciste eterna primavera,
Jose Maria Alfaro
En aquél tiempo en que la hispana cría
Místico, anuncia; exento, desafía;
Su siembra cuaja, grana la cosecha;
De Jose Antonio dejo: trascendido
Eduardo Marquina
Del 33 al 47
Eran locos, violentos,
Y los prudentes y los sensatos
Los veo a veces, serios y amargos,
Luis de Santa Marina
El rastro de la Patria, fugitivo
Enamoró la luz de las espadas;
Dionisio Ridruejo
Una linea de tierra nos separa.
¿No sentís a la Patria temblorosa
¿No sentís a la Patria, camaradas,
Tú, que estuvistes un día al lado mío
Tú, hermano de taller y la tahona,
Agustín de Foxa (1906-1959)
Los tanques rusos, nieves de Siberia,
Teníamos aún !bueyes y arado de madera,
Para ganar a España, hay decir, cual Cristo,
Venid carros de Rusia, difícil mecanismo,
Agustín de Foxa (1906-1959)
Y cambiastes la rosa por las algas amargas,
¿Dónde vas por la noche peligrosa del fondo,
Miradores de Cádiz o El Ferrol; las persianas
"Madre el agua está fría y recuerdo a los pájaros,
Subirás una tarde, desmayado, del fondo
Subirás en verano, de los turbios abismos
¿Vas buscandó una tumba, las raíces de los árboles,
Tu habitas un barco con nombre de isla
¿Dónde estás, barco mío, trozo vivo de España,
Ya no tornareís nunca al amor de las islas
Por terrazas que bajan al mar; donde la espuma
Y te dirán, alzando el brazo, "Marinero,
Agustín de Foxa (1906-1959)
No llores, Abedelazis; / no llores, que vas a Espada.
Agustín de Foxa (1906-1959)
Pálido, enjuto, indecible,
Eduardo Marquina (1870-1946)
Mi camisa la bordó
Mi camisa no nació
Pero el azul la redime
Pero el rojo de mi sangre,
Vengo del fondo del tiempo
Vengo del fondo de España,
Si de español tengo el alma,
Banderas llevo en la voz
He nacido para todos
Hoy os convoco aquí contra la muerte,
Hoy os convoco aquí contra la nada,
Es mi fuerza la alegre primavera,
Porque hoy convoco aquí a quien le ataña
Ya viene por el verano,
Tiempo de grito y de fuego,
Tierra grande y almas anchas,
Ya viene por la distancia,
Amigo: te encomiendo la verdad
Te encomiendo el alba, la rubia aurora,
Te encomiendo la tierra y la bandera
¡Atención! Oye por fin la llamada
Esfuerza el corazón en la aventura
Si no volvieras, diremos que vas
Los días de mi Patria han comenzado:
Ya ha empezado el tiempo. La voz ligera
Está mi Patria a merced del cielo
(Nota necesaria: La palabra "guerra" aparece repetidas veces. Es la del bien contra el mal, la del ser contra la nada, la del espíritu contra la molicie, la de España contra la invasión. Y, en suma, es la alegría de vivir el difícil tiempo que nos ha tocado.)
Hacedme de hierro y fuego,
Poned en mis manos tierra,
Hacedme de hierro y piedra,
Volverás a cantar a la vida
Serás fiel a tu propia medida;
Cuando todos te vuelvan la espalda
Serás libre en la única España,
Este es el verso que te llama a convertirte en hombre auténtico,
Este es el verso que te llama a convertirte en hombre íntegro,
Este es el verso que te abre las dimensiones del mundo
Este es el verso que te invita a responder con fuerza,
Haz de este verso, con alegría y humildad, con respeto
Me quedaré en ti hasta el final de todo,
Me quedaré en ti mientras el mundo gire,
Me quedaré en ti hasta que Dios nos junte,
Cuando yo esté muerto, la luz en el cristal,
Los sueños seguirán su alto destino;
Cuando yo esté muerto seguirá la vida;
Caerán las hojas. Brotará la hierba.
Seré, y para siempre, la hoja y la semilla,
Los tiros de vuestras armas
Cuando suenan los disparos,
Hombres de todas las tierras
Son hombres de piedra y viento
Un día la primavera
En una calle cualquiera
Cumplía con su deber,
Sobre su verde guerrera
Y habrá otra viuda llorando,
En una calle cualquiera
Españoles, ¡ escuchad !,
Todos debemos votar
Quien defiende la inocencia,
Cuando el esfuerzo se acusa
Quien quiere que las mujeres
Quien aspira a que los hombres
Quien, en suma, quiere todo
Por todo esto, Españoles,
C.Laguna
Con espíritu de poeta
Somos hombres del mañana,
Luchamos por la JUSTICIA,
"Ofensiva", num.2, noviembre de 1980.
No te des por vencido, ni aun vencido,
Ten el tesón del clavo enmohecido,
Procede como Dios, que nunca llora,
¡Que muerda y vocifere vengadora
"VICTOR", num.3, febrero de 1981
Glorioso paladín de Patria Hispana,
Sobre el dorado sol de tu mañana
Bandera ultrajada y ofendida,
Enviado por Manuel Brants Reyes.
en qué sol, en qué estrella peregrina
montas la guardia ? Cuando a la divina
bóveda miro tu respuesta espero.
Sublime entendimiento, ánimo fuerte,
y en pleno ardor triunfal temprana muerte
porque la juventud no te faltara.
hoy nos enturbia la lección el llanto;
más ya el sagrado nimbo te acompaña
la Patria inscribe ya tu nombre santo...
JOSE ANTONIO: ¡ PRESENTE ! ¡ ARRIBA ESPAÑA !
Enviado por Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
JOSE MARIA ALFARO
entre los gritos que la muerte ordena;
como la pauta que el ardor serena
entre la fuera del vivir forzado.
en los umbrales que la vida estrena,
fuiste, doncel de España, con tu pena,
redentor, arquitecto y monte airado.
te doblaste en la luz de tu presencia;
no hay ángel que no sepa tu latido.
y entre el rumor que clama con tu ausencia
no habrá lugar donde habite tu olvido.
Enviado por Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
tomaba el pecho de nodriza extraña,
un hombre mozo a plenitud salía
cocido a fuego en el dolor de España.
aguza en flecha vuelos de su entraña
y espada y lirio, en azul del día,
clamor de juventudes lo acompaña.
¿ Qué es de él...? Cielos allá, rígida flecha,
marcó y sobrepujó los derroteros.
que no muerto, ¡ hoy es vértice encendido
de una mitología de luceros !.
Enviado por Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
van catorce años, si cuento bien,
mucho ha llovido desde entonces,
mucho ha caído, mucho está en pie,
mucho ha caído como las hojas
que sirvieron cuando fue su vez...
Quizá justo sea,
pero sólo sé
que de cada cuatro
cayeron tres.
algo perdularios, ¿y qué?,
ni temían ni debían
y todo lo afrontaban en pie,
mas cuando los irreprochables
-carrerita y mucho quinqué-
chaqueteaban y se escondían,
ellos se fueron con él,
y a fuerza de ir a la fuente
de cada cuatro cayeron tres.
cual siempretiesos quedaron en pie,
es lo de siempre, claro está,
pero esta vez
fue porque de cada cuatro
cayeron tres.
otras riendo, con o sin mujer,
pero en sus ojos -ojos de antaño-
veo que no tienen nada que aprender
de esos listillos que lo saben todo
y esos caimanes que venir las ven,
porque palacios, templos y fábricas
-ellos los saben, y bien-
se alzaron sobre lo huesos
de esos tres, y otros tres, y otros tres
|Arriba|
en el aire sin sales ni aventura,
fué arrebatado en fuego, por la altura
de su ágil corazón libre y cautivo.
De la costra del polvo primitivo
alzó la vena de su sangre pura
trenzando con el verbo su atadura
de la historia y esperanza, en pulso vivo.
armó las almas, sin alberque, frias,
volvió sed a las aguas olvidadas.
Dió raiz a la espiga y a la estrella,
y, por salvar la tierra con sus días,
murió rindiendo su hermosura en ella -
|Arriba|
Pero estamos tan lejos. . .
Para llegar hasta vosotros, trenes,
rutas extrañas, playas extranjeras,
y sin embargo, hermanos enemigos
¡que cerca nuestra sangre!, que aclararon
las mismas frutas, que encendieron, roja,
primaveras y labios parecidos.
que por los pies os mete sus metales
amasados de huesos y raices,
que por el cielo claro, azul y extremo,
trae campanas y el humo de la aldea
donde nacisteis? ¿No sentís a España
que está en el pan y el hierro y la amapola
en la espiga, en la voz y en nuestra carne?
alegres artesanos madrileños?
Tú, que de niño, fuistes con nosotros
al ritmo de un sencillo pasacalles
delante de la alegre infantería,
bajo balcones de rizadas palmas.
en el mismo columpio de verbena.
En la grada dorada de toros,
en las "paradas" de palomas y húsares
en la pradera junto al Manzanares.
cerrajero que abristes nuestra puerta,
sereno de las tres de la mañana,
campanero de abril de altos balcones.
Maquinista del tren de mis veranos,
cochero del Retiro y de mis infancia,
guarda del césped, vendedor humilde
de globos y banderas; ¿porqué alzados
luchaís con odio contra mí y los mios,
y en la tarde de abril vaís a esconder
como topos siniestros en la tierra?
Cuando ya la victoria da en los trigos
de nuestros campos, y hay un alba intacta
endurecida de clarines de oro
y de frescas canciones juveniles.
|Arriba|
(Un tanque ruso en Castilla)
sobre estos nobles campos españoles,
¿qué puede la amapola contra fría grasa?
¿qué el álamo del río a su furor opone?
Castilla no es científica; no surge en sus terrones
la fábrica, su arcilla produce como Atenas
teogonías y olivos, batallas, reyes, dioses...
"Mi reino no es de este mundo"; no levantar las hoces
ni prometer al cuerpo paraísos terrenales.
Y hay un destino claro, claro, colgado de los cielos
porque hay genealogía, estirpe y oraciones,
porque el niño que nace, ya tiene dos míl años
y mandan, con un gesto de reyes; sus pastores.
animales sin sangre, sin hembra, sin sudores.
Con un poco de fuego, como quién quema un árbol,
sobre los recios surcos, os quedareis inmóviles.
Y os cubrirá la tierra, la lluvia, las hormigas,
la alondra de los cielos, campesinas flores.
Y mientras vuestra herrumbre retorna a ser paisaje,
vuelve a llenar de Santos, Castilla, su horizonte.
|Arriba|
(Hundimiento del Baleraes)
la muchacha terrestre, por la fría sirena
y has cruzado, volando, el jardín de los buzos.
Donde el pez, de ojo inmóvil ve brotar la tormenta.
tripulante de un barco sumergido y sin fuerzas?
¿Qué ¡Arriba España! has dado desde el frio abismo
que voló en un enjambre de burbujas esféricas?
entornas; y el piano que enfundado no suena.
La novia que llora'junto al mar, y los faros
que buscando tu cuerpo, las gaviotas despiertan.
aunque estemos en mayo tengo heladas las venas.
Sé, que me está prohibido llegar hasta tu playa,
para ver tu ventana, vendré con las mareas"
con tus ojos de ahogado a mirar las banderas.
Hoy que están los caballos del trigal en el agua,
el soldado en la espuma, y Peñiscola es nuestra.
para ver las naranjas, y la novia y las huertas,
tú, sin peso y sin sombra, desterrado fantasma
cuyo cuerpo no puede ya dormir en la tierra.
el lugar que no cambia y la lápida cierta?
Tu sepulcro es pagano , el coral no cobija
y eres tritón nostálgico del ciprés y la estrella.
y la espuma, giraba, en sus hélices nuevas
y en el iris de aceite de su estrella saltaban
los delfines, lustrosos, como obuses de guerra.
ayer navegadora alegre fortaleza,
hoy montón inundado, tripulado por muertos,
quieto en un merídiano con la brújula quieta?
cuando Mallorca tiene más dulces sus almendras,
con los barcos cautivos llenos de tanques rusos,
ni hablará, el alfabeto, gentil de las banderas.
al escalón de mármol hace hervir de agua inquieta
bañaran los marinos de España, con coronas
y el jóven almirante traerá la rosa fresca.
el caracol de nácar encima de las flechas
en vez de un ramo fúnebre, por ti deshojaremos
la rosa de los vientos sobre tu tumba muerte".
|Arriba|
Que el fusil te lo da Franco / y en el fusil su palabra;
está el jardín del Profeta / al otro lado del agua.
-Ya están girando las hélices / ya en el avión te embarcas,
ya vuela sobre las nubes / la flor morena de Africa.
-¿De quién son esos tejados / y esta huerta regalada?
- Esos tejados, buen moro, / son la ciudad de Granada.
Sus ojos mirando al suelo / se le llenaban de lágrimas
Los regulares de Ceuta / llevaban pardas chilabas.
-¿Dónde esta Córdoba, amigo? / ¡Mi Córdoba entre naranjas!
-Los rojos la están cercando, / casi la tienen ganada.
¿Por qué no vuela este pájaro? / ¿Por qué no mueve las alas?
(Bajo los roncos motores / sonaban tenues campanas. )
Que llegaban a Sevilla / jazmín y remo, en el agua
barcos del Guadalquivir, / el limonar del Alcázar
y en los turbantes, la sombra / antigua de la Giralda.
¿Harás el té en las trincheras, / Abedelzais, por Espada?
Platerillo de Tetuán / babuchero de sus plazas,
el que vendió las ajorcas / desde Arcila a Casablanca
y en Fez, no estudió el Corán / porque pertenece a Francia.
Se que caerás una noche, / y Alá Sabe en qué batalla.
No sé si será en Toledo / o en Oviedo la cercada
o te helará con la luna / la Ciudá-Universitaria.
Pero sé que está tu sangre, / defendiendo a mis campanas,
mis libros de El Escorial / y mis custodias labradas.
Que al otro lado del monte / los hombres sin Dios te aguardan,
con tanques de oro judío / y cien banderas deAsia.
Si mueres, Abedelazis, / sobre los surcos de España,
no el Zoco-Chico de Tánger / celebrará tus hazañas,
ni el domador de serpientes / cantará sólo tu fama.
Los poetas de Castilla / te dirán en lengua brava:
"También tienes tu 1ucero, / español de piel tostada."
|Arriba|
leyenda en figura humana,
ángulos de acero el rostro,
rayos de fe la mirada,
setenta días de asedio
mordíendole como zarpas,
las raíces del espíritu
al descubierto en la cara,
las sienes sin pulso, el hijo
asesinado a su espalda,
cuatrocientos hombres muertos
pesándole en las entrañas,
carne mutilada el haz
de fuerzas que le quedaban,
montón de polvo las torres,
huecos de aire las murallas,
sus pies hollando ceniza
de reliquias profanadas;
pero intactas las mujeres,
las vidas de niño intactas,
intacto el honor, en medio
de sus épicos fantasmas
el coronel comandante
de cara al día. Se cuadra,
levanta el brazo, y allí
justa, monta, entera, pasa
de sus labios a la Historia
la gesta en siete palabras:
-Mi general:
Sin novedad en el Alcázar-
|Arriba|
una máquina sin alma,
no una mujer ni una novia,
ni la mano de una hermana.
del miedo ni de la rabia:
la tiñeron y bordaron
para el tiempo de las máquinas.
y el pecho libre la salva
de la edad de los silencios,
de la intendencia mecánica,
de los perfiles del miedo,
de las opacas palabras
y del servicio a la muerte.
pintura de vida y savia,
por debajo del azul,
por encima de la calma,
borda en mi camisa nueva,
con ansia eterna de luz,
los viejos yugos y flechas
con los que mis camaradas
incomparables de guerra
se entregaron a la tierra
grande y libre de mi España.
Arturo R.
|Arriba|
y soy hombre desde el fondo;
He nacido para todo
y en todo pongo mi aliento.
del principio del silencio;
de la más antigua tierra,
camino del cielo nuevo.
la carne de España tengo;
el corazón, de llanura;
los ojos, de mar y cielo;
manos de sudor y rabia
y montañas como aliento.
y luz en el pensamiento.
Me hicieron nieves y vientos
para lo alto, desde el fondo
viejo de España, dormida
en el vaivén de los siglos.
estos sueños de estos años,
para el fuego y la alegría
y para hablaros de España
desde el fondo de los tiempos.
Arturo R.
|Arriba|
(Este es un poema más antiguo, aparecido tras un atentado terrorista)
el brazo en alto pregonando vida,
con voz de acero y con el pulso fuerte,
lanzando al viento nuestra rabia herida.
cansado de estrechar manos vacías,
cobardes cuerpos, almas sepultadas
en miedo de un vivir sin rebeldía.
el gozo del amor, la cruz ligera
del servicio ardiente, el calor del gesto,
la enorme voluntad del hombre honesto,
el yugo del esfuerzo y cinco flechas
como el viento, rayos de luz, espadas
de la fe, con arados forjadas
por limpias manos y llamas derechas.
el limpio nombre de mi Patria herida,
os pido con la voz estremecida
la gloria de gritar ¡Arriba España!
Arturo R.
|Arriba|
largo como una venganza,
el tiempo grande y exacto
en que ganarnos España.
tiempo de sobrios soldados,
duro, limpio y ancho tiempo
que entregar a nuestra Patria.
flor de luz, eco de brazos,
limpias frentes, fuertes manos
arrebatan la distancia
para abrirnos al futuro
el tiempo de los esfuerzos,
de los trabajos ganados,
de las flechas y los yugos,
de la paz y del afecto.
sucio de polvo y olvido,
el tiempo que me ha engendrado,
el tiempo que me ha parido
en el centro de esta España
para hacerme hombre y estilo.
Arturo R.
|Arriba|
de nuestra estirpe, la verdad del hombre
que se entrega a lo perfecto y el nombre
falangista de nuestra voluntad.
el corazón de la brisa y el cielo,
las cosas limpias y eternas que ahora
olvidan los que negaron el vuelo
de las muy fieras águilas de España.
de la recia victoria que no empaña
el silencio; y que sea tu quimera
poner la llama de tu fe certera
contra la angustia que en tu amor se ensaña.
Arturo R.
|Arriba|
que tu presencia reclama en el frente
de batalla entre la luz y la nada:
ha de sonar mientras la Patria aliente,
mientras nos hiera el padecer de España
y nos arrastre la pasión ardiente
de hacer con él la fe de nuestra entraña.
de vivir lo que haga falta, alma alerta,
mano amiga, y date en tu voz segura
al ansia de luchar por tu fe cierta.
tras una estrella y que a la luz serviste,
ofreciéndote, entero, a su llamada.
Si no volvieras, por siempre estarás
donde debes. Diremos que te fuiste
al puesto de tu guardia ilusionada
para exigirnos, con tu ejemplo, más.
Arturo R.
|Arriba|
marcha, alegre, la recia primavera
por mi sencillo pecho de soldado;
en el azul sobrio, la flor primera
de la España renacida ha brotado.
abre el camino con voluntad de arado
y en los surcos nuevos crecen banderas
de sol y sangre bajo el cielo airado.
en el que un Dios Azul hace justicia.
Sólo aguarda para emprender el vuelo,
en pié mi corazón sobre esta tierra,
el beso de la aurora y la caricia
de la alta voz que me convoque a guerra.
Arturo R.
|Arriba|
de dura piedra y de viento,
de horizonte y mediodía,
de luz limpia y azul cielo.
lluvia, paciencia y semillas,
y en mi frente piedra eterna
fraguada con pensamientos.
Poned en mi pecho voces
de todos, libres y eternas,
y un manantial de palabras
con que mandar a las cosas.
de vivo fuego y de roca,
de días y no de noches,
de promesas y esperanzas;
y, para completar la obra,
forjadme, a golpes, un hombre
y hacedme libre en España.
Arturo R.
|Arriba|
Poema para cantar con la música de "El valle del Río Colorado", que tanto ensució el cobarde Batallón Lincoln.
en el alba de la libertad;
abrirás tu sonrisa a la aurora;
servirás al amor y a la paz.
te darás a la tierra y al sol;
servirás a los hombres del mundo
y valdrás lo que vale tu honor.
y cultives la flor del dolor,
sentirás una firme esperanza
al alzar hacia el cielo tu voz.
arrancando al camino su cruz.
Volverás a cantar a la vida,
¡volverás a cantar a la luz!
Arturo R.
|Arriba|
Verso libre, por una vez.
en hombre libre que ríe y que trabaja, que sirve y que se entrega,
y pone en cada cosa de su mundo, la señal eterna de su paso.
en hombre justo que entrega su vida con su vida, y sonrisas
con su esfuerzo grande por ensanchar el cielo para todos,
y ser más tú y más darte a tus amigos.
y dice en el silencio de tu alma las palabras que un día han de ser tuyas:
la fe que enciende soles, la ilusión que estrecha manos,
el corazón del alba, lo quieto de la noche.
a viva voz, con palabra recia y para siempre,
a la pregunta más eterna: ¿Para qué he nacido?
y con justicia, con libertad y con honor, con servicial empeño,
profesión de fe y compromiso de amistad para todo tu tiempo.
Arturo R.
|Arriba|
Aproximación a un soneto7
hasta que las cosas mismas mueran
y la arena se apodere de las piedras
y sólo tú y yo prevalezcamos.
mientras la tierra florezca, el agua brille,
la noche duerma y el sol, nuestro señor,
te cubra, como yo, con su mirada.
y aún después, cuando renazcas,
sin distinguir tu parte de mi parte,
sin separar tus sueños de mis canas,
y seremos más que dos y que ninguno:
seremos dos volando juntos.
Arturo R.
|Arriba|
el aire del otoño, la quieta noche,
la impasible estrella, serán lo mismo que ahora son.
las risas y los besos vestirán la primavera;
habrá batallas como siempre,
y, como siempre, pan amor y soledad.
el turno inmutable de los días seguirá;
como siempre girará tranquila
la tierra que, sin prisas, ya me aguarda.
No me hagáis un sitio en la memoria:
si todo sigue igual cuando haya muerto,
también yo seguiré junto a vosotros.
la plana luz y la ancha tierra;
el alto sueño, la impasible estrella,
y todo lo que sois seré junto a vosotros
cuando un día mi carne se termine
y crean todos que yo estoy muerto.
Arturo R.
|Arriba|
Esto se escribió por todos los hombres asesinados por la Eta, el Grapo y demás comunistas. Se lo dedico a Vascongadas y a sus valientes españoles:
no matan más que el silencio
porque más grita la sangre
de los hombres justos muertos.
angustia de rayo y trueno,
la voz de España regresa
a gritar en labios nuevos
los gritos de la venganza
que dé libertad al pueblo.
hacen murallas de pechos
en los que vive la Patria;
son hombres a los que el miedo
no les quita la esperanza
y en cuyo valor sereno
vence la sangre española
de todos sus sufrimientos.
que van contando a la muerte
la voluntad de sus sueños.
Los asesinos disparos
no matan más que al silencio,
y la sangre que derraman
es esperanza y no duelo.
vencerá todos los riesgos
y al enemigo vencido
verán nuestros hombres muertos
pedir perdón de rodillas
desde los altos luceros.
Arturo R.
|Arriba|
de cualquier ciudad o pueblo
¡ Cosas de la democracia !
Un hombre español ha muerto.
no era ni malo ni bueno,
pero era Guardia Civil
y le mataron por eso.
la sangre fluyó muy presto:
ni se pudo defender,
era un ser claro y honesto.
Pero era un Guardia Civil
y le mataron por eso.
también otros niños huérfanos,
y habrá otra deuda en la cuenta
que, por Dios, nos cobraremos.
Y habrá otro tricornio más
haciendo guardia en el cielo.
de cualquier ciudad o pueblo,
¡ Cosas de la democracia !
España se está muriendo.
Así que, es mía pero gran parte no lo es.
Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
de política no entiendo,
pero ¿ nos gusta de veras
lo que estamos padeciendo ?
Nos engañan como a bobos,
pero tenemos fiereza
para salvar nuestros logros
y defender nuestra tierra.
a quién siempre dió la cara
para asegurar el pan
a todo aquel que trabaja.
quien defiende la unidad,
quien protege la pureza
que es la única verdad,
quien no quiere que haya luchas
entre empresarios y obreros.
es cuando llega el progreso.
se sientan hembras cabales,
y proteger a sus hijos
de asechanzas criminales,
cuando apenas son capullos
en el vientre de su madre.
sean hombres de verdad,
no niñatos presumidos
sin fuerza ni virilidad.
lo que a España levantó:
hombres, mujeres y tierra
en perfecta comunión.
con valor hay que votar
lo que representa y vive
con fuerza Unión Nacional.
"Ofensiva", num.2, noviembre de 1980.
Enviado por Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
hasta Dios nos acercamos,
de monjes tenemos veta,
de soldados y de hermanos.
de la PATRIA que se alza,
traemos orgullo de España,
de toda la hispana raza.
no nos tema el inocente,
que nuestra vida es MILICIA
contra el malo sólamente.
Enviado por Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
no te sientas esclavo, ni aun esclavo,
trémulo de pavor siéntete bravo
y comete feroz ya malherido.
que, aun viejo y ruín, vuelve a ser clavo,
no la cobarde intrepidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
o como Lucifer, que nunca reza,
o como robledar, cuya grandeza
necesita del agua y ya la implora.
ya rodando en el polvo tu cabeza!
Enviado por Manuel Brants Reyes.
|Arriba|
estandarte de muerte y de victoria,
te yergues en el tiempo y en la historia
altanera y humilde, soberana.
surge ardiente la sangre, la memoria
de aquellos que ofrendaron por tu gloria
su claro amanecer, su alba temprana.
por hijos que juraron custodiarte
y derramar por tí su sangre y vida.
Yo quiero, paladín, desagraviarte,
quiero tenerte en mi pecho siempre erguida:
gritar ARRIBA ESPAÑA para honrarte.
|Arriba|
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